jueves, 12 de julio de 2007

ENTRE CRONOPIOS Y FAMAS, NOCHES DE SONAMBULO: El escarabajo y la mariquita



Extendí mis manitas alrededor de su pecho, se sentía tan cálido que no quise despegarme ni un instante más. Jugaba con su cabello y a veces con sus aretes amarillos, tan largos, tan bonitos, que no había juego más delicioso y divertido que aquel.
Cuando me aburría, miraba por la ventana y jugaba con el cristal. Lo tocaba y veía como la realidad pasaba sin que me diera cuenta mientras un montón de hormiguitas con luces corrían deprisa. Algunos parecían mariquitas otros escarabajos y raramente veía a una que otra abeja.
Tocaba y tocaba aquel vidrio que me separaba de esa realidad que siempre me despeinaba y ella, una vez mas, me acariciaba y me cubrió el cuerpo y mi carita pero nunca notaba que estaba despeinada, ni tampoco, y eso me pregunto siempre, si estaba dormida o no. Se confundía. Solo notaba que el aire penetraba la delgada tela que cubría mi cuerpo y a la vez pasaba al suyo y comenzaba una vez mas mi travesía.
A veces me crujía mi pancita, y comenzaba a gritar. A ella le molestaba y sin embargo no me decía que me callara, lo notaba por como me miraba. Sin preguntarme se levantaba la blusa negra y se asomaba de el, un boton suave y triste. Extendía mis manitas y lo cogia con ternura. Eran suaves y tan calientitas que una que otra vez me dormía en ellas. Lo acariciaba lentamente mientras ella solo atinaba a cerrar sus ojos, y esto no lo se a ciencia cierta, comenzaba a dormir o quizás a pensar o solo cerrar sus ojos.
Yo me revolcaba de entusiasmo al ver siquiera una vez al dia, la blusa negra hacia arriba con el tierno botón asomándose.
Esto se repetía cada noche. Y cada noche veía a los mismos animalitos paseando dentro de esa realidad que me era ajena y que siempre me despeinaba.
Recuerdo que un día vino un muchacho. Se sentó al frente de ella, y por consiguiente al mío también. Traía algo muy curioso sobre algo que también era muy curioso. Era la primera vez que veía cosas tan curiosas. Me reí mucho con el. A veces me miraba profundamente como si le recordara algo mi carita, sonreía, se despeinaba, sonreia y me volvía a mirar. Me parecía muy graciosa la forma de su cabeza y me reia mucho y mucho mas.
Pasábamos por donde las mariquitas, escarabajos y una que otra abeja se detenían en fila india. Esperando a algo o alguien, quizás un león de cemento. No lo sabía. Ella, para entonces, ya estaba dormida y con el botón ya no asomándose, había salido mas de la cuenta y sonreía. Fue entonces que observe que una mariquita se peleaba con un escarabajo y estas venían en dirección de nosotros. El muchacho que estaba frente mío, cambio de repente la graciosa cara que tenia por una que no sabria como explicar, alguna vez oí por parte de mi mama que se llamaba desesperación. La gente alrededor comenzó a gritar y desesperar, ya que el escarabajo se estaba comiendose la mariquita y estos venían por nosotros. Mi mama despertó y quiso levantarse. Fue alli cuando me caí y vi mi mundo boca arriba. Me dolió mucho la caida. Pero mas cuando el botón de mi mami se desprendió y un liquido muy parecido al jugo de fresa que me daba ella comenzó a brotar, machando su blusa negra. Y también cayo y comencé a llorar. El muchacho yacía a mi costado con la cabeza llena del jugo de fresa y mirándome profundamente a los ojos me toco las manitas. Comencé a gritar lo mas fuerte que pude y cuando estuve por quejarme por cuarta vez la barrera de mi realidad me despeino una vez mas. No sentí nada, solo me percate que los sonidos se extinguían poco a poco. Fue entonces cuando me di cuenta que el escarabajo y la mariquita habían dejado de pelear.

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