martes, 2 de diciembre de 2008

raul

“Raúl”

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Fueron cinco años. Me tomaron cinco años añadirle a mi nombre una palabra anterior a el que me distinguiera plena y absolutamente de ellos. Fueron cinco años lejos del calor de mi madre, el rigor de mi padre y el consuelo de mis corderos por las noches, sobre el cielo desnudo y estrellado de Huancayo. Cinco años sin echarme sobre esa cama de paja, triste y dura, vestida con las frazadas que mis hermanos dejaron una tarde al marcharse hacia el horizonte para luego volver, a los pocos meses, envueltos en el recuerdo de un fusil viejo y en la lista de un libro de desaparecidos. Cinco años.

No te importo si el camión que te llevaría a Lima después de la fiesta de graduación estaba inundado de aquellas personas a las que denominabas, con cierto asco y temor, como ellos. No, por que tendría que importante si esa iba a ser la última vez que ellos te rozarían, tocarían y en el más grave de los casos para tu ego y tu pecho inflado, te dirigirían motamente la palabra. Ya no tendrías que soportarlos al salir de la universidad para comprar en sus puestos rústicos y malolientes lo único que te alcanzaba para almorzar o saludarlos en la calle cortésmente para que no te acusaran con el dueño del edificio donde vivías cada vez que metías mujeres y te emborrachabas hasta la madrugada. Ya no tendrías que soportarlos ni en los micros, ni en la calle, ni en los parques ni la biblioteca, ya no estarías solo. No. Ahora eras un licenciado. Un profesor. Y a pesar de tu aspecto, al que muchas veces maldijiste y lacerabas cuando el espejo te confundía y hacia verte como aquello a lo que tanto odiabas, sabías que no eras el mismo, ya no eras Raúl, ahora eras el Licenciado Raúl. Si, que bien se sentía ¿verdad? Tú lo sabes, se sentía exquisitamente bien. Habías alcanzado el mejor de tus orgasmos y no fue con ella, a pesar que gritó peor que un grillo en el rincón de una habitación sin luz y compañía. No fue con aquella gringa que sin querer terminó en la puerta del edificio triste donde vivías. Con la que utilizaste tus más audaces argumentos, tus más elogiables halagos y tu exotismo al máximo. Si, se sentía bien. Era tu primera gringa y tu eras su primer… ¿Cómo te dijo? Si, su primer cholito. Te hirió ¿verdad? Por eso le pediste que se fuera, que se bajara de tus sentidos, de tus piernas y del cielo que le negaste alcanzar. Ella no te entendió en ese castellano que habías mutilado y crucificado tantas veces y que aquel domingo resucitó de entre lo muertos en tus labios gruesos y agitados. Ella no entendió ni tú entendiste como minutos después ella se encontraba en el piso en un charco de sangre que brotaba de sus labios delgados y rosados. No entendiste por que tenías una correa en la mano ni como el rosario de tu primera comunión había llegado a la otra, mientras ella, tiritando entre lágrimas que recorrían su cuerpo desnudo y delgado, te rogaba que no le hicieras mas daño del que su orgullo tullido ya había experimentado.

Pero eso ya no importaba. Ya no eras ese, ahora eres el Licenciado Raúl, el del reconocimiento a nivel regional, el de la diploma en honor al merito, el recién graduado licenciado Raúl Quispe, profesor de educación secundaria. Ese eras tú. Nadie se atrevería a negarlo absolutamente nadie. Eras intocable ¿verdad? Ya no eras ellos. Por eso decidiste ampliar tus horizontes e irte a Lima. A la ciudad de los Reyes. A tu ciudad. Por eso ibas sentado en la esquina mas fría del camión con los brazos apoyados en tus rodillas y tu cabeza estancada en el cielo, mirando por ultima vez el cielo estrellado de Huancayo que se desdibujaba en el recuerdo de tus corderos, en la amplitud de los campos y en el llanto de un bebe a 100 kilómetros de distancia que nacía mientras tu cerrabas los ojos pensando solo en una cosa.

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Es de noche y Colmena comienza a cobrar vida. Las antiguas avenidas virreinales empiezan a inundarse de siluetas que juegan con las sombras y el tiempo; entre luces de neón que invitan al escape de un sentido que se ha perdido entre las esquinas y los callejones de la Av. Tacna; entre el desfile de faldas calurosas y colillas de cigarros inertes regados sobre el piso como una gran alfombra blanca.

Llegaste cuando Lima recién se levantaba de la cama. Aun no se lavaba la pesadilla que la había aquejado toda la madrugada. No te percataste de sus fantasmas ni de sus heridas. Lima se lavaba la cara y te mostraba lo que siempre quisiste ver: una ciudad. Bajaste del camión con más ganas que con prisa. Tu entusiasmo se desbordaba como la de un niño en un parque de diversiones, abstraído en la fascinación de su éxtasis, de las imágenes, de los olores y de si mismo. Te encontrabas perdido y aun no habías dado un solo paso. El aire enrarecido de los primeros micros por la mañana te comenzaban a dibujar un rostro del que no sabias que existía pero al que tampoco dabas importancia. Estabas en Lima y eso era lo único que importaba.

Recorriste media ciudad antes de encontrar el edificio donde vivirías y comenzaste a sentir otra vez el asco. Habías terminado de firmar el alquiler del cuarto donde pasarías los seis meses siguientes y los viste. Los viste salir como ratones de su madriguera. Sudados y apestando. Si, eran ellos. Ellos, a los que dejaste envueltos en una frazada y tiraste al río en Huancayo. Ellos también estaban acá y lo que era peor, estaba junto a ti, respiraban tu aire, contaminaban tu espacio. Eran ellos y tu otra vez. Quisiste anular el contrato. Demasiado tarde. Las llaves estaban en tu poder. Solo eran seis meses Raúl. Tú podías hacerlo. Habías vivido toda una vida con ellos. Solo te tocaba aguantarlos seis meses. Seis meses se pasan rapidito, uno ni se da cuenta. Seis meses y luego te largabas del edificio de mierda donde habías llegado a parar. Tampoco podías quejarte estaba a un precio que podías cómodamente pagar según tus cálculos en la libreta marrón. Vamos Raúl, no te desanimes. Son solo seis meses. En seis meses encuentras el puesto que te mereces, el puesto que te corresponde y luego todo sigue su camino natural. Seis meses Raúl.

Viste la llave con más resignación que alegría mientras ellos salían todos apresurados, a montones, sin orden, apestando a olores que no habías olido en Huancayo. Si eran nuevos olores. Estos no eran igual a los de Huancayo. Eran peor. Subiste las escaleras. Te tocaba vivir en el quinto piso. Seis meses. Cogiste tus maletas y apretaste el paso. Una ducha con agua fría, un cigarro y todo se solucionaría. Vamos Raúl. Seis meses. Luego a buscar trabajo, que tan difícil puede ser. Seis meses. Eras el licenciado Raúl Quispe y esta era tu ciudad. Seis meses. Habías venido solo para quedarte. Seis meses. Llegaste a la puerta de tu nueva habitación igual de triste que la de Huancayo. En la puerta alguien había dejado una nota: “Seis meses”.

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Quien lo diría, quien pudo haber dicho eso. Francamente quién lo diría


Un año. Ya ha pasado un año, Raúl. Ya llevas en esta ciudad un año y aun sigues en ese edificio de mierda; con esa gente de mierda pero tú ya no crees eso ¿verdad? ¿Qué paso Raúl? ¿En que avenida se te perdió la esperanza? Los meses no han sido generosos contigo. Nada paso como tu libreta marrón lo supuso ¿cierto? Pobre Raúl. Un Año.

Era la quinta vez que recorrías la ciudad. Tu frente empapada de sudor por horas de caminata solo encontraba consuelo cuando llegabas a la plaza Mayor y te sentabas en las bancas de mármol que coloreaban tu ánimo entre la niebla que alargaba su manto y los chillidos lejanos de los micros de la Av. Abancay. Había pasado un mes y ya conocías todas las calles, jirones y quintas más por necesidad que gusto. Allí estaban; todas presentes. Solas y monótonas. Melancólicas y tristes como los pájaros que se posaban sobre las grietas de las iglesias en invierno. Había pasado un mes, tus zapatos te lo recordaban, Raúl. Había pasado un mes y con él, todos tus ahorros se habían desvanecido entre sueños, gaseosas y panes que calmaban el hambre dos ves al día. Estabas muy flaco Raúl para seguir siendo licenciado. Tocaste miles de puertas que solo se abrieron para darte una escoba, un trapo viejo y tus sueños rotos, ahogados en una cubeta de agua sucia. Era la quinta vez que recorrías la ciudad y nada. Una vez más, nada. Otra vez escobas, trapos viejos y cubetas de sueños rotos. No entendías por que ¿cierto? Si tu eras igual que ellos. Si tú eras el licenciado Raúl Quispe. Era la quinta vez que recorrías la ciudad y nada, Raúl: nada. Lima es una madre desnaturalizada.

Cambiaste los restaurantes por los comedores populares. Las camisas por los polos coloridos. Raúl ¿Quién eras? ¿En qué te estabas convirtiendo? Tu mirada había perdido el brilló y la altivez con la que pisaste esta ciudad de mierda. Ahora lo era ¿verdad? Pero era tu ciudad después de todo. Tu madriguera. Tu colmena. Era tuya a pesar que la odiaras, la escupieras, maldicieras y defecaras en ella cuando te embriagabas. Cambiaste el rock por los conciertos chicha. Al principio te negabas. Claro como un licenciado puede ir a esos lugares. Pero no podías resistirlo. Estaba en tu sangre. Ese era tu lugar. Junto a ellos. Si, los mismos que despreciaste y tiraste al rió; envueltos en frazadas en Huancayo; estaban allí con sus olores, sus ropas, su cerveza, su fiesta y tu estabas allí. Estabas allí y eras el licenciado Raúl Quispe, profesor de secundaria. “abran paso, allí viene el profesor”. Eras tu otra vez. Por cinco horas volvías a ser tú. A ser importante a ser algo parecido a Dios. “Traigan un par de cervezas que hoy un profesor de Huancayo esta con nosotros y se queda carajo”. Allí estabas, envuelto de ellos pero ahora los necesitabas, suplicabas por que te mirasen, te repitieran lo que eras. Pobre Raúl. Un año y sigues en ese edificio de mierda con esa gente ahora ya no tan mierda. ¿Volver? Ni hablar. Eso esta fuera de discusión, no podías privarle a tu gente de su profesor, no señor. Había cumplido tu sueño, ahora eras el licenciado Raúl Quispe, profesor de educación secundaria y sólo trabajabas de madrugada y los fines de semana. Pobre Raúl, un año con su gente, con el mismo.

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Lunes, Seis de la mañana. Lima se levanta una vez mas a lavar sus pesadillas. La Av. Abancay comienza a despejar los fantasmas que por las noches deambulan sin tiempo ni espacio alrededor de ella. La fachada de la biblioteca nacional se ve más triste que de costumbre mientras a lo lejos la gente comienza a salir de sus madrigueras. La Av. Cuzco comienza a construir andenes de melancolía, uno encima de otro, formando pirámides que solo los perros, viejos testigos de todo, desfogan sus ansias en las esquinas.
Llego, saco las llaves, me toca abrir hoy. Los pisos comienzan a cantar los huaynos que la noche anterior le susurraron al oído. El uniforme sigue siendo el mismo, los utensilios también. Lima es una madre desnaturalizada pero no importa, una madre es Dios antes los ojos de los hijos y yo quiero mucho a mi madre.

no esta demas decirlo

Lo que se hace por amor se hace
mas allá del bien y del mal
Frederich Nietzsche


Ø No esta demás decir que el cogernos las manos se ha vuelto un juego rutinario.
Ø Que tus manos ya no construyen casas de goma ni escriben sobre el reverso de los boletos de los buses de como cuanto se puede extrañar en un día sin volverte loca.
Ø No esta demás decir que ir a cualquier lugar se a convertido en parte de un plan metódicamente estudiado, mucho antes que se tome en cuenta; que los nuevos lugares que vistamos por las noches se envejecen en el mismo instante en que cruzamos la puerta o entramos a la siguete habitación.
Ø No esta demás decir que lo que decimos también se ha convertido en un juego rutinario.

miércoles, 6 de agosto de 2008

A la deriva

Los años se han extraviado entre los boletos de bus, alguna nota bastarda escrita con cierta cólera y monedas solitarias y frías que juegan en mis bolsillos. Habré pasado mas tiempo esperando que suceda siempre algo extraordinario que le de un poco de sentido a estos pasos solitarios y extraviados, que si bien, como todo en esta vida, busca de un destino, un lugar, y no necesariamente una habitación de cuatro paredes, si es que se tiene suerte, llamado hogar.
En fin, hoy es miercoles y siento que la semana se ha terminado en una salida inesperadamente agradable; el día aun sigue gris como el color predeterminado del monitor que me mira sospechoso, inerte y algo ironico. La literatura no solo esta en lo libros, es cierto, las verdaderas tragedias estan a la vuelta de la esquina...

jueves, 26 de junio de 2008

CRITICA LITERARIA

ALGUNOS APUNTES A PROPOSITO DE UNA VISIÓN URBANA DE LOS ANDES DE EFRAIN KRISTAL

La relación entre el discurso político y la narrativa indigenista -tal como sostiene Efraín Kristal en su Una visión urbana de los Andes- responde a la construcción de la imagen del indio desde la perspectiva de lo sectores urbanos letrados. Son estos sectores quienes constituyeron el principal foco moldeador en la construcción de ideologías que permitieron crear una identidad para la nación. Dentro de este proceso, la posición del indio fue el principal tema a tratar. La construcción de una identidad que incluyera o excluyera al indio dentro del proceso formativo del país era un tema de vital importancia, ya que no solo se trataba de la inserción de una clase dentro de las jerarquías sociales sino también un nuevo foco productivo para el desarrollo. La pugna entre la oligarquía terrateniente y exportadora en un primer momento, junto con los la visión civilista y liberal en un segundo momento, forman los diferentes puntos de vista sobre la adecuación e inserción del indio al espacio peruano. Es así que la imagen del indio, desde la perspectiva urbana, era generada como un proyecto social y comercial que ello derivaría, conforme el indio se adhiriera a los cánones establecidos en un sujeto dentro de la sociedad.
El indigenismo, género literario que trata sobre el indio desde una perspectiva urbana[1], se encargaría de desarrollar la visión del indio y formar su identidad.


ENUCIADOR :BLANCO/CRIOLLO .MEDIO URBANO

ENUNCIADO : INDIO. MEDIO RURAL

ENUNCIATARIO:BLANCO/CRIOLLO. MEDIO URBANO


El indio seria retratado desde una visión urbanista y por lo tanto muy ligada a los aconteceres políticos de la época. La relación entre la producción literaria y los órganos de poder fue muy estrecha. La literatura, como propone Kristal, se encargaría de formar discursos conforme al contexto en que se desarrollara. La literatura serviría como instrumento para formar la conciencia del indio ya sea como un agente pasivo de la sociedad o como un agente activo de la misma.


La lucha entre la oligarquía terrateniente y la oligarquía exportadora marcaron el primer paso para la concepción del indio. La primera proponía seguir con los lazos de tutelaje y dominación del indio mientras que la segunda quería formar una entidad comercial, estableciendo el progreso del país; para lo cual el indio pasaría a formar parte de un sector obrero con derecho a salario. El desarrollo de esta pugna originaría los primeros alcances sobre el destino del indio dentro del la nación. La literatura por su parte funcionaria como el agente fiscalizador de la sociedad. La denuncia de la trinidad embrutecedora del indio (Clorinda Matto de Turner y Narciso Aréstegi), el Alcalde, Cura y Capataz, era una acérrima crítica a la oligarquía terrateniente. El indigenismo fue una creación de los políticos e intelectuales que creían que la oligarquía terrateniente feudal era una barrera al progreso y fuente de injusticia. Este sentido de progreso desde una visión comercial también lo postulaban los civilistas. Es así que luego el surgimiento de intelectuales como Gonzáles Prada quien proponía la propiedad de la tierra al indio y más aun una educación para que éste pueda ampliar en el progreso de la nación insertando nuevas ideas conforme al futuro del indio. El indio comenzaba ser visto ya no como un salvaje sino como un sujeto que necesita conocimiento no solo para su progreso sino para el desarrollo de su sociedad. Las novelas posteriores a la guerra del Pacífico, marcarían ese afán educativo para con el indio. El indio se inscribía en los cánones de la sociedad; si bien no subvertía su clase ya contaba con un medio para poder subsistir. La supresión del tributo mas la afiliación al libre mercado conformo los pasos para la consolidación del indio como ciudadano obrero.


La propuesta de Efraín Kristal nos da una visión del indigenismo como un género construido desde la voz del dominante; cuyo fin político seria el reconocimiento del indio y su inserción en el medio social. Si bien señala Efraín Kristal que el indigenismo se establece como un medio en defensa de la condición del indio; ésta defensa, no solo estaría ligada a beneficio del indio sino también a los propósitos e intereses de la oligarquía y los grupos de poder. El indio es presentado no solo como objeto literario y de estudio sino también como objeto ideológico. Si bien se desea la abolición del tributo junto con la propiedad de indio y de la tierra para que éste la cultive, aun no se rompen los lazos de dominación. La subalternidad del indio se mantiene y se reafirme detrás del discurso sutil del indigenismo. Cuando Matto de turner plateaba la trinidad del embrutecimiento del indio, se estaba utilizando a los agentes de explotación del indio y los presenta en su forma mas explicita; su discurso solo responde hacia una defensa las clases exportadoras de la capital. Vemos que la función política no se aleja mucho de la producción indigenista. Por ello es que Kristal nos muestra que el indigenismo es la narración de la voz desde el marco oficial hablado sobre el marginal destinado hacia los intereses de aquella oficialidad. No se podría hablar de revalorización del indio como agente cultural sino como agente productivo y de comercio. Se propone su libertad y educación, no para que ellos sean realmente libres y puedan desarrollar su cultura sino que proponen una especie de normalización y la reafirmación de la subalternidad del mismo, transformando la esclavitud feudal del cual ya era preso a una esclavitud capitalista del cual si bien era libre, su libertad era provista de la ecuación desde la visión oficial, principal agente normalizador, convertía al indio en un agente productivo y de comercio.


El progreso del que hablan los indigenistas en la revalorización del indio parte de un progreso comercial más que cultural. La demanda de progreso moral y material del indio a través de la educación desarrolla un plan normalizador con un fin productivo comercial. Los procesos políticos que nos muestra Kristal, donde se determina la visión del indio de acuerdo con el grupo de poder en el Gobierno, nos muestra la utilización del discurso indigenista como un medio de socializar al indio, enmarcándolo dentro de los sectores del proletariado capitalista.


Es de esta manera que se interpreta la lectura de Efraín Kristal en su Una visión urbana de los andes. Se puede observar que a través de la narrativa indigenista se forma la imagen del indio con fines netamente políticos y comerciales. El indio se convierte ya no esclavo de un régimen feudal sino de una visión capitalista. La manipulación de las producciones literarias responde al establecimiento y búsqueda de la función del indio en la época. Notándose en las producciones literarias indigenistas una cierta defensa al indio que respondería a un interés fijo; el fijar las futuras fuentes de producción del país, para el progreso de la nación. Un punto muy importante que también toca Kristal es el tema de la promoción de la inmigración. Para darle mas fuerza a la idea del indio como objeto de producción, la visión que siempre se propuso para el progreso del país es la importación de inmigrantes extranjera para que puedan mejorar las condiciones raciales y morales en el Perú. Kristal toca con esta posición el sistema ideológico de la época; se promovía la inserción del indio al sistema social a través de la educación, que luego alcanzaría dicha inserción con la importación de sujetos extranjeros que mejoraría las condiciones en que se encontraba el país. Es así que se ve por una parte los rezagaos de la visión colonialista de la época y por otro lado el querer una total normalización del indio a través del cruce racial para que este sea menos indio y mas europea condicionándose así el progreso del país. Vemos de esta manera que los grupos dominantes no solo veían la condición del indio desde sus perspectiva, sino desde como este indio era visto para el mundo, y como éste indio atrasaba el progreso del país. La subalternidad y la normalización del indio seria el eje principal de la propuesta de Kristal, tomando como medio, la novela indigenista. Aunque se toma pro claro que la evolución del Indigenismo se daría con el indianismo, producción literaria escrita por los entes marginales, sobre un medio marginal, para un medio de la misma condición. Esta última fase que propone Mariategui para la inserción de indio dentro del foco cultural desarrolla un tema muy importante. El establecimiento del indio como productor de su propia cultura seria el ideal de la literatura india, ya que no seria transgredida la visión que se tiene de los tópicos desde una visión urbana o una perspectiva ajena a la relamida del indio sin que serie este mismo productor de tal cosa. Claro que ello también tiene una deficiencia, el lenguaje.


Si bien Kristal propone estas relaciones entre el poder y la producción literaria indigenista siendo éste, producto de las esferas oficiales; desarrollando la visión del marginal, se puede notar que ello responde a un sistema de interés productivo y comercial. La normalización y subalternidad del indio a través de la educación y el proletarismo capitalista funciona como los fines de tales relaciones, siendo el indio no solo objeto de un discurso desde la perspectiva de su otro sino también manteniendo la subyugación moderna de su condición. El ideal que menciona Mariategui tendría también espacios indeterminados y ambiguos. Por ello, al problema de la trasgresión de la realidad del indio con fines políticos se le deben agregar la falta de reivindicación de una cultura. La relación entre cultura y sujeto cultural establece dicho problema. Si bien Kristal muestra este proceso de relaciones políticas con el desarrollo de la producción indigenista, también se debe tomar en cuenta no solo la posición del sujeto sino de la cultura propiamente dicha.


BIBLIOGRAFÍA

1. BOURDIEU, Pierre. Respuesta por una antropología reflexiva. Editorial GRIJALVO. S.A.
2. BEDOYA MAGIÑA, Carlos. Para una periodización de la Literatura Peruana. Latinoamericana Editores.

3. Kristal, Efraín. Una visión urbana de los Andes. Génesis y desarrollo del indigenismo en el Perú 1848-1930.Instituto de Apoyo Agrario. Lima, Perú. 1991

[1] Kristal, Efraín. Una visión urbana de los Andes. Génesis y desarrollo del indigenismo en el Perú 1848-1930.Instituto de Apoyo Agrario. Lima, Perú. 1991 Pág. 15

CRITICA LITERARIA

HACIA UNA PERIODIZACION DE LA LITERATURA PERUANA


Dentro de los estudios literarios, la historia literaria ha sido tratada, por lo general, como un agente de asentimiento, como un factor secundario que solo respalda los hechos y enmarca a una obra dentro de un contexto determinado. Es que cuando hablamos de una historia de la literatura, la primera impresión que da ello es la historia de un conjunto de hechos, tendencias y obras literarias que determinan, a través de una serie de caracteristicas rutinarias, un contexto en especial; nominándolo con tal o cual nombre que lo diferencie de otros estados a lo largo de un desarrollo diacrónico. Pero la concepción y mas aun, el desarrollo y practica de una historia de la literatura exige un establecimiento conceptual mas elaborado y complejo, ello no solo se debe resumir a la aglomeración de hechos y puntos cruciales dentro de un esquema diacrónico, todo ello exige una resemantización de las bases de la historia literaria convencional, exigiendo por ello una visión mas amplia y profunda que pueda abarcar una verdadera historia de un contexto determinado. La concepción que se tiene de una historia literaria de manera diacrónica, como una fuente de periodización estable y constante marca el principal problema para el desarrollo de la misma, ya que la literatura no es mas que una mera secuencia de sucesos uniformes[1] sino que ella misma es mutable conforme se desarrolla, por ello una delimitación estricta no podría definirla en su totalidad.

La forma en que ha sido tratada la historia literaria a lo largo de todos estos años nos demuestra una visión poco profunda en cuanto a la falta de una definición precisa para sus categorías y su relación para con el contexto en que se desarrolla. Vemos una definición vaga acerca de todo lo que encierra “periodo” en el establecimiento de la historia literaria y más aun la relación que tiene ésta con el contexto en sí. Todas estas categorías generan una indeterminación en cuanto al objeto de la historia literaria en si y su cuestionamiento como tal. A partir de ello podemos pasar a desarrollar si se puede hablar de una historia literaria, la forma en que se puede desarrollar y tomando el libro Para una perdiodazcion de la literatura peruana, de Carlos García Bedoya desarrollaremos algunos aspectos importantes y anotaciones a su propuesta hacia una nueva esquematización de la historia de la literatura Peruana

El papel de la literatura es muy cambiante[2] por lo cual, establecer su periodización es un problema de por si muy grande, por que no solo nos enfrentamos a los cambios en el desarrollo de sus estilos sino a los cambios contextuales y su relación entre ellos. La relación que establece García Bedoya de literatura-cultura-sociedad forma una perspectiva amplia y compleja en la cual se encuentra inscrita una serie de categorías que determinan un desarrollo. La literatura y su estrecha relación con la historia, hacen de estas dos una dicotomía compleja y mas aun por que la literatura es parte del proceso histórico general concebido como una forma organizada, donde la literatura no depende de la sociedad sino la representa[3] ya que la literatura contribuye a su manera a diseñar el rostro de una época y forma de una validez propia en tanto es capaz de trascender su circunstancia social[4]. Es allí donde reside el vínculo íntimo de la historia con la literatura y es la razón por al que no se puede desligar tanto una, como de otra. Sobre esto vemos dos cosas: la primera el concepto de periodización dentro de una historia literaria, y la segunda la trascendencia dentro de un contexto. Pasemos por el primer punto.

La definición concreta de periodo ha marcado un punto esencial para comprender a la historia literaria. Muchas vertientes han desarrollado su definición, desde una visión que concierne a partir del esquema biológico y evolutivo (Spencer y Darwin) de los seres humanos, así también como una visión desde las épocas culturales y como la definición de un periodo constante y delimitado. Todas estas visiones establecen una historia literaria como una secuencia interminable de hechos y formas dentro del tiempo. Esta visión ha generado la crisis de la misma puesto que no toma en cuenta tan solo más que uno de los aspectos en que se puede tratar a una historia literaria en si. El desarrollo de un periodo no puede ser determinado como algo constante ni limitado, es decir como una tendencia que cae y surge otra sucesivamente, sino debe entenderse, como un espacio no estricto sino variable donde se desarrollan hechos mutables que se interrelacionan entre si cuya esencia heterogénea determina múltiples visiones dentro del mismo contexto. Por ello cuando una secuencia literaria ha sido desplazada recientemente de la hegemonía, parece mas propio denominarla no residual, sino mas bien secuencia en decadencia o decadente, dado que aun mantiene una vitalidad que incluso puede llegar a poner en peligro la preeminencia de la secuencia dominante[5]. Al establecer que el periodo no es una vertiente homogénea sino más bien que se establece como una serie heterogénea podemos determinar la trascendencia de una serie de características dentro de un determinado grupo cumplen ya no una visión única de una sola realidad sino que introduce las diferentes formas de expresión dentro de ella. En la literatura, podemos encontrar una literatura oficial, con una serie de caracteristicas que forman la corriente que expresa una determinada tendencia, pero detrás de ella también están las voces de diferentes grupos que se mueven en el mismo espacio y contexto y cuya voz no esta determinada dentro de la oficialidad, por lo que, en relación con el contexto en que vive, se desarrollan dentro de una visión marginal de la misma. Estos conceptos, nos determinan las caracteristicas que debe abarcar una historia de la literatura propiamente dicha.

LA visión homogeneizante y unitaria de la historia literatura tradicional, en el caso del Perú, según García Bedoya, se debe a Luís Alberto Sánchez, marca en este aspecto su crisis, la exclusión de las diferentes manifestaciones literarias fuera de la periodización, generan el desmembramiento de una historia de la literatura peruana correcta. El intento de García Bedoya, punto que desarrollaremos a continuación, en desarrollar una propuesta para una historia de la literatura peruana, se establece en tres determinar el espacio y la manera de desarrollar una historia literaria en el Perú desde lo social, cultural y lo literario. Las principales características de su propuesta para determinar y desarrollar una historia de la literatura peruana en la transculturización, series literarias y sociales y tomando las perspectiva de Antonio Cornejo Polar y la de Macera sobre la visión de la historia peruana en cuanto a cultura y sociedad, es decir la escisión en dos periodos, antes y después de los españoles, en cuanto a la posición de Macera, mientras que de Cornejo desarrolla la visión de totalidad contradictoria.

Fijar una Historia de la Literatura Peruana es de por si una tarea muy compleja ya que nos encontramos con multidiversidad de pasados, visiones, expresiones y desarrollos que han generado que el Perú, mas allá de su diversificación natural, también sea múltiple en sus sentidos sociológicos y culturales. Por ello para establecer una Historia de la literatura peruana tiene que desarrollarse una serie de precauciones que puedan determinar una autentica historia de la literatura peruana ya que el problema esta en sus mismas bases.
Carlos Garcia Bedoya desarrolla esta nueva propuesta, partiendo de las deficiencias y los intentos frustrados por establecer un historia de la literatura peruana, para enmarcar lo mejor que pueda a todas las voces, tanto oficiales como marginales dentro de su estudio tratando de establecer una historia de la literatura peruana concreta y verosímil. Alrededor de toda su propuesta el establece tres categorías en la que se centra su tesis, la visión de la series literarias y sociales como marco en que desarrolla la periodificación, el establecimiento de una transculturización en los márgenes del desarrollo de las manifestaciones literarias, y por ultimo, tomando como el mismo cita, a Antonio Cornejo Polar en la propuesta que el Perú es un totalidad contradictoria.

García Bedoya desarrolla los intentos (frustrados) del Perú por establecer su historia de la literatura, nombre a Mariategui muy próximo a una idea de una historia literaria pera el Perú pero que no se concreta, un Luís Alberto Sánchez involucionado y a Riva güero t Tamayo Vargas como dependientes de la involución propuesta por Sanchez. García Beboya nota en estos autores, principalmente en Sánchez, la falta de enmarcar, en una exaltación a Arguedas, a todas las sangres, lo oficial y lo marginal dentro de la periodificación de la historia de la literatura peruana, por el desarrolla como punto inicial la noción que entiende por periodo:
Sánchez cuando se refiere al noción de periodo el lo establece como una visión no lineal, donde debe determinarse a tal de una manera polifónica, por lo que la visión acerca del como esta instaurada, y como se desarrolla en medio es indispensable, a ello lo la llama serie. Deberían por lo tanto dos series una serie literaria y otra seria social,. La primera, enmarcada dentro de lo que es el desarrollo de la tendencia, es decir la información, desarrollo reconocimiento o cuestionamiento en un sistema de normas, es decir en el espacios en que se determina y la otra serie vista en el plano de la vida social, es decir la interacción con el medio. Ello determina la noción de un periodo, como antes referido y desarrollo, no homogéneo sino heterogéneo y mutable. Ello se debe a que nuestra sociedad no es un espacio determinado de una sola tendencia y manifestación explicita son que nuestra sociedad gira entorno a una serie de culturas que generan una serie de manifestaciones y es mas dentro del espacio en que nos hemos desarrollado ha generado diversos sujetos culturales, los mismos que Bedoya pretender enmarcar desde sus visión periodificante. Por ello vemos que desarrolla a lo largo de toda su obra una línea histórica, y partiendo desde la posición de Macera, divide dos grandes etapas en nuestro proceso histórico, la primera de una Autonomía Andina, y luego de una dependencia Externa, es decir el antes y el después de la llegada de los españoles a América. Es debido a ello que ve que las manifestaciones en el Perú, son una totalidad conflictiva, es decir que tanto como lo marginal como lo oficial, se enmarcan para determinar una totalidad pero esta totalidad al no ser homogénea entra en contradicción y conflicto y es a ello que se debe la complejidad de terminan un historia de la literatura peruana. Ello se desarrolla en la concepción de lo que García Bedoya desarrolla como la transculturización. El, al ver que el desarrollo social, a partir de la llegada de los españoles no solo afecto el régimen social del incanato sino que el sometimiento de los peninsulares hizo que su cultura también se mezcle con la cultura residente en el Perú, y conforme pasaron los años, la hegemonía y prepondere la dominación española sobre la andina causo que esta se transculturizara, es decir que tomara y se apropiara de varias visiones y caracteristicas de la cultura española por lo cual la construcción de de la misma no será la misma de la llegada de los españoles, es por ello que sigue la visión de Macera en cuanto a la gran periodificación de dividir el proceso histórico solo en dos grandes capas. Pero ello no quiere decir que antes de los españoles están manifestaciones homogéneas, no. Los incas establecieron una forma de manifestación ilustrada, mientras que el pueblo produció tras estas manifestaciones era parte de un todo pero no repercutían en la misma señalización de los tópicos, es por ello que también existió heterogeneidad en los discursos indios.

Carlos García Beodita, ve estos tres puntos y desarrollo su propuesta partiendo como la misma cita de un marco histórico social distinguiendo en ello la secuencias detectadas en base a criterios literarios[6]. Establece el desarrollo de una historia de la literaria peruana partiendo a su vez de la inclusión de la visión del otro, mas allá de la versión de la literatura oficial, siguen a su vez, la posición de Antonio Cornejo Polar, en cuanto al desarrollo de una Literatura en tres campos, Ilustrada, la popular y la vernáculas. Y es sobre esta en que versa el esquema de García Bedoya. El determina y da un panorama en cuanto a la visión del otro de manera general desde, los principios de la literatura antes de la venida de los españoles desarrollada por la autonomía andina, donde la versión oficial era la incaica y la marginal, la del pueblo a través del canto hasta las tres visiones de Cornejo Polar en cuanto después de la llegada y asentamiento de los españoles en el Perú, viendo la transculturización que sufre la cultura andina, y instaurándola no solo como un ente marginal sino este ente lo divide tanto en lo popular como en lo vernáculo por lo que abarca cada foco y sector en que se desarrolla len que se desarrolla la literatura en el Perú.

Dentro de la propuesta de García Bedoya surge, a su vez, una serie de dudas. Se busca encontrar no la distinción que le hace y en la que pretende profundizar la historia de la literaria peruana desde un punto de vista histórico y social. Cuando nos comenta que el establecerá una la historia de la literatura desde la visión histórica y social y tomará parámetros exclusivamente literarios, cae en la vaguedad de al referirse a esta limitaciones exclusamente literarias. Ahora para ello tendríamos que saber que concepto de literario desarrolla García Bedoya y determinar el campo sobre el que se desarrolla dicha aseveración. Podríamos acércanos a entender que el verá todo lo concerniente desde la voz del canon vigente es decir, parametrará su visión de lo literario de acuerdo al conjunto de tendencias que rigen dentro de un determinado espacio(serie literaria) conforme al contexto en que se desarrolla y como afecta a dicho espacio(serie verbal o social) pero ello creara también un tipo de oficialidad, la misma oficialidad que ven en Sánchez, claro que el ve la oficialidad, desde la línea de Cornejo Polar, pero no ve, en este caso la voz de lo marginal de lo marginal. Me explico. García Bedoya siguiendo los planteamientos de Antonio Cornejo polar, tres estancias, la literatura o vertiente, ilustrada, la popular y la vernacular. Todas ellas con características propias. La primera caracterizada por la urbanidad y proferido sobre la escritura, la segunda desde un ámbito colectivo, desarrollado de manera oral y un tercero desde una vertiente vernácula, es decir la literatura no hablada en español. Todas ellas establecen una visión aproximada de las diversificación de de las manifestaciones culturales. Ahora esta visión sobre estos tres ejes cabe notar que giran entorno a ejes acción, es decir es estipulada por el habitus de un contexto determinado, el sujeto productor es quien determina la temática y la visión de la cultura, es productor de las manifestaciones en que se desarrolla, insertándose dentro de cada característica. Podemos notar que esta posición también es muy estricta. Ya que, si tomamos su postulados, vemos a un hombre “ilustrado” desarrolla una visión oral no podemos insértala dentro del eje popular, a su vez que a la persona dentro de este medio, es decir las tradiciones que se desarrollan de manera oral, también tienden a ser escritas y, claro que se mantienen pero la visión globalizante también depide determinar ello y si escribe ¿Ello pasa a formar parte del grupo ilustrado por ser escrito? Otra acotación que se le puede hacer Bedoya que a lo largo de toda su propuesta, no podemos notar la visión de la Literatura Aymara, solo hace acotaciones de publicaciones orales y nominaliza una versión para cultura oficial y la popular pero no para la demás literatura vernácula. Cuando da el nombre de un indigenismo, Regionalismo, etc. Solo se basa sobre la cultura oficial dominada, es decir sobre marginalismo oficial, ya que detrás de ello también un marginalismo doble, ya que el no pertenecer a la cultura andina o quechua, la cultura amazónica, también es excluida, y por lo cual sacada fuera del cuadro. García Bedoya no inserta dentro de su esquema la visión ya no de los vencidos, sino de los olvidados, de la indiferencia. Por eso resulta irónico cuando a mitad del ciclo exalta la unión de todas las sangres o cuando critica a la hjisproa peruana de haber tenido clases dominantes pero no dirigentes tratando de establecer la unión utopista de establecer la unión de esta comunidad imaginada que proyecta Anderson, pero solo tomando el hecho de que somos parte de algo pero no sabemos de que.

A través de García Bedoya se establece y se determina la versión de un sector hegemónico, desde la cultura oficial que data desde la formación del imperio Incaica, a su vez de un sector dominado o marginal en cada contexto, pero también esta aquel sector indiferente, el sector doblemente marginal, ya que no pertenece a la oficialidad del sector marginal. Por lo visto vamos creando siempre clases y segregaciones dentro del desarrollo en el estudio de la cultura en el Perú. Por una parte teníamos al dicotomía hegemónico/marginal, lo español/indígena, criollo/andino, pero ahora también se forma una nueva posición andino/no-andino un sector dominado por el sector dominado. García Bedoya resalta eso al no establecer dentro de su periodificación una inserción clara y precisa del papel que juega lo rural en el sector amazónico, sus mitos y leyendas. Por lo visto el Perú era visto solo de dos formas: como urbano y como andino o rural. El sector amazónico queda excluido y es así solo pasa a tener solo dos regiones. ¿Un nuevo tipo de marginalidad?




















BIBLIOGRAFIA

Revista Hueso Humero Literatura y sociedad en el Perú. Primera edición Lima 1981
Literatura comparada. Edit Gredos España
Múltiples miradas de Luís Alberto Sánchez sobre el Perú contemporáneo Fondo editorial del Congreso.
Wherll, Max Introducción a la ciencia literaria Edit. Nova Buenos Aires. 1988
Wellek, Rene Historia literaria, problemas y conceptos. Edit Laia. Barcelona 1983García Bedoya, Carlos Para una periodización de la Literatura Peruana Edit Latinoamericana 1990
[1] Wellek, Rene Historia literaria, problemas y conceptosEdit Laia Barcelona 1983 Pág. 33
[2] Revista Hueso Humero Literatura y sociedad en el Perú. Primera edición Lima 1981 Pág. 19
[3] Wellek, Rene Historia literaria, problemas y conceptosEdit Laia Barcelona 1983 Pág. 28
[4] García Bedoya, Carlos Para una periodización de la Literatura Peruana EDT Latinoamericana 1990 Pág. 29
[5] Ídem Pág. 52
[6] Ídem Pág. 59

OTRA VEZ EL CRITIQUILLO

EL PROCESO DE TRANSCULTURIZACION DENTRO DE LA FORMACIÓN DE LAS TRADICIONES LITERARIAS

Para la Real Academia de la Lengua Española, el termino realidad remite a tres acepciones: 1. f. Existencia real y efectiva de algo.2. f. Verdad, lo que ocurrió verdaderamente.3. f. Lo que es efectivo o tiene valor práctico, en contraposición con lo fantástico e ilusorio. Podemos apreciar que el término tiende a ser muy poco claro y más aun impreciso si deseamos ponerlo en práctica, es decir si lo condicionamos a su propio ser, la realidad propiamente dicha. Si vemos desde la perspectiva lacaniana como se define la “realidad”, nos encontramos con una acepción, si bien no concreta, mas clara en relación a las anteriores, ya que la define como un conjunto de cosas que pueden ser percibidas por el ser humano, Horacio Valla remite: La realidad es lo que se sabe, es el mundo donde existen las cosas. En la realidad estamos las personas, y estamos en la realidad porque estamos nominados, clasificados, cuantificados. Sin cuantificación y sin la fabricación del tiempo no hay realidad que valga[1]. Vemos de esta manera que la realidad no es un eje estático ni mucho menos una estancia precisa y fija sino que se desarrolla conforme al sin fin de concepciones que cada ser que tiene de la misma, ya que cada ser actúa y piensa de una manera individual, generando de esta manera su propia realidad según como la viva y la perciba. Esta percepción acerca de la realidad nos lleva a formar una visión a como es vista la misma desde un plano netamente heteróclito, mas aun, si llevamos ésta a un estudio socio-cultural llegaremos a comprobar cuantas realidades son desarrolladas y cuantas de ellas son tomadas en cuenta desde los planos de la construcción del poder, es decir desde el establecimiento de las hegemonías en tal o cual estado de la propia realidad de un grupo determinado. Campos en los cales el presente texto se moverá partiendo desde el establecimiento de discurso heterogéneos de realidades heterogéneas, todas ellas enmarcadas desde la formación de una tradición en el Perú.


Antonio Cornejo Polar presenta tres sistemas literarios en el Perú. La primera responde a una literatura culta, una segunda de carácter popular y la última a una literatura vernácula. Estos tres sistemas se establecen por sus caracteres antagónicos, un conflicto que no solo se establece por su relación textual o geográfica en que fueron concebidos sino que responden a un proceso socio cultural más complejo. Cornejo distingue que el establecimiento de tradiciones literarias en el Perú son generadas por un complejo sistema de totalidades contradictorias, las mismas que conviven en conflicto entre una visión occidentalista y la visión andina; la misma que genera un proceso de transculturación en su desarrollo, es decir el desprendimiento y asimilación de caracteristicas entre uno y otro agente. Pero ello ¿En qué medida se da? Y que es lo que genera, si partimos que ambos agentes desprenden y asimilan características en dicho proceso, que uno prepondere sobre otro, que uno se subordine y otro se establezca como ente hegemónico? Ese es el problema que trataremos a continuación.


Si partimos desde una visión cultural para dar una explicación al tema que nos hemos planteado, no podríamos resolverlo del todo. Cuando vemos que dos culturas se transculturizan y están en esa constante convivencia de caracteres, vemos que una explicación desde una visión cultural no satisfacerla la pregunta por completo y dejaría espacios vacíos, puesto que transgrediríamos la integridad de un agente. Establecer que una cultura es mas vasta por tal o cual motivo, o es mas rica por que cumple cierto tipos de funciones que la otra o mas aun, si decimos que una cultura prepondera y establece los márgenes de poder a través de un respaldo histórico y tecnológico que lo sustenta, estaríamos frente, como dice Bordieu, a una violencia simbólica. Trataríamos de darle una explicación a través de nuestros ojos, insertando sistemas de valorización de lo bueno o lo malo según un tipo de cultura. Para determinar que lo occidental es mejor que lo andino o viceversa, no podremos establecer este valor por que veríamos a través de los ojos de tal o cual agente cuando ambas culturas son procesos independientes que no pueden ser comprados por que el medio en que se desarrollan y como se desarrollan son diferentes. Por ello occidental no puede ser mejor que lo anadino ni lo andino mejor que lo occidental por que ambas culturas se desarrollan de una manera diferente e independiente. Por ello si decimos que en el proceso de transculturación, la hegemonía se estableció a favor de un occidentalismo por que esta fue más rica tal o cual razón caeríamos en dicha incongruencia.


Los procesos por la cual se forma las tradiciones responde a desarrollo heteróclitos netamente activos no por establecimientos estáticos de una tendencia desvinculada de su forma contextual, sino como establece Bedoya, al contrario, que es el mismo publico en quien recae el valor contextual, el que participa activamente el proceso literario. Por lo cual, si nos remitimos sobre que forma se debe abordar la pregunta expuesta, vemos que la situación contextual responde mejor la situación en cuestión. El procesos de transculturación es un proceso complejo donde no solo uno de los agentes se desprenden y asimilan sino ambos desarrolla ello, establecer, como bien se ha dicho antes, un estado de valorización remitiéndonos a situación es culturales es desarrollar una incongruencia ya que estableceremos categorías impropias a cada sistema independiente. En el Perú, resulta aun más difícil de establecer si vemos que nuestra sociedad se ha engendrado de situaciones complejamente heterogéneas y más aun en un estado de subordinación constante y ramificada no solo en un solo sistema sino que responden a varios que se desprende de uno. Cornejo establece que perspectiva social descompone a los individuos en sujetos arios y antagónicos, ello responde a la heterogeneidad anteriormente expuesta. En el Perú, no se desarrollo estados hegemónicos y subordinantes desde una sola instancia, es decir de una occidentalización y una andinizacion de los sistemas sino que estas a su vez crean otros estados que se inscriben a su vez como entes de hegemonías y subordinados constantes. Por ello es que la formación literaria, es decir el constructo cultural debe desarrollarse, como bien dice Bedoya, desde una visión polifónica que establezca de esta manera el desarrollo constante del mismo. Ahora podemos apreciar la razón de las primeras líneas. Si bien se ve que se concibe por realidad la manera en que se desarrolla fácticamente los hechos que se pueden percibir, y este constituye un establecimiento constante. En la sociedad, y más aun en la sociedad peruana, esto no puede abarcar todo lo dicho. Si toda sociedad de por si, establece caracteres enmarañados, la sociedad latinoamericana y mas aun la peruana, establece redes mas complejas, puesto que el papel de la realidad es un constructo hecho a medida de las circunstancias pero que a su vez condiciona y es condicionada en el transcurso de su establecimiento. Me explico.

Antonio Cornejo dice que toda tradición literaria es a su vez generadora de un proyecto nacional, es decir que la cultura de una u otra manera construye la realidad, la moldea pera que cumpla algo en especifico, pero cabe notar que esta realidad no es regular, en ella se vierte una serie de contextos variables y polifónicos que demuestra su dinamismo por lo que la realidad pasa también a condicionar a la cultura puesta que ella responde a como esta se desarrolla. Es decir que la realidad se ve de muy diferentes manera de acuerdo al grupo en que se desea establecer un tipo de visión. Por ello la realidad responde a un sinfín de interpretaciones generadas desde un sin fin de perspectivas que llevan aun conclusión en cuanto lo que se quiere asumir. Ello responde a un sentido de pertenencia en tal o cual grupo. Si bien en el Perú el contexto en que se desarrollar en los grupos son netamente diferencias en cuanto existe una visión de la colonia con un sentimiento de nostalgia entre algunos, y un sentido de Caos el establecimiento de la República por otros, todo ello se establece como dice Tubito entre lo propio y lo ajeno. Pero ¿Qué es lo propio y lo ajeno en una sociedad como la nuestra? Es allí donde entra el proceso de transculturación. El proceso de transculturación como antes lo habíamos señalado desarrolla el desprendimiento y asimilación de caracteres entre dos agentes, en nuestro caso, lo occidental y lo andino. Allí vemos dos grupos netamente diferenciados, y cada uno propugnan entre lo propio y lo ajeno para el desarrollo de una hegemonía, que es necesaria si es que se necesaria establecer un tipo de sistema. La sistematización de los sectores genera el orden pero un orden que responde solo al grupo dominante. El problema está en que momento un grupo se vuelve dominaste, ello radica ya no sobre valores “culturales” como anteriormente hemos expuesto sino radica en la formación de la propia realidad. La forma en que se establece el poder, es decir del sistema político que sojuzga a un agente establece la dicotomía de dominante y dominado y a su vez lo que genera una hegemonía y subordinación de las clases. Por ello el producto de la transculturación de una u otra manera genera caracteres que propugna por la hegemonía del contexto referencial Vemos allí que Cornejo Polar inserta claros ejemplos de Palma, Riva Aguero, Mariategui, González Prada como símbolos que lucha en ese conflicto hegemónico, pero todo ello se enmarcan dentro de una sola referencialidad, que es la “realidad peruana” heteróclita y múltiple. El proceso de transculturación repode en su caso al primer paso para elaborar un síntesis referencial en que se debe n adscribir los grupos que deben desarrollar, pero estos grupos no son a su vez constantes es decir no solo se establece en un solo sistema de hegemonía/subversión sino que este tiende a ramificarse. Para Cornejo, si bien se establece la hegemonía de un grupo de determinado en el poder ante otro grupo este ultimo grupo mas allá de enmarcarse como ente subordinado también genera hegemonía a otros grupos que lo suceden enmarcándose en otro sistema y generando valores propios. Se establece así, como dice Foucault, las redes de poder, es decir el establecimiento de l poder no solo dentro de un grupo determinando sino que este a su vez generado un tipo de poder hacia otro grupo, ya que cada ente particular de una u potra manera genera un poder un especifico.


Dentro de la tradición de la formación literaria podemos observar todo lo expuesto, Las visión de Palma, Riva Aguero, Mariategui, Gonzáles Prada entre otros, nos vierte en ese mundo dinámico y heteróclito en que se inscribe nuestra irrealidad, la misma que no se puede enmarca mas que como una totalidad, una totalidad que esta en una constante transculturación pero no una asimilación completa. Ya que hacer ello llevaría a negar a una cultura o eliminarla, cosa que en esta sociedad heterogénea no cabria. El planteamiento de Cornejo hacia un autoafirmación de la literatura peruana., nos lleva a que en realidad no existen una sola formación de una sola tradición sino es una confluente de tradiciones que están en constante desarrollo de ellas mismas, por ello abarcar una periodización llevaría un trabajo higüeros, exhaustivo y quizás un poco utópico, los sistemas hegemónicos existirán en cuanto los sistemas marginales estén a la par aunque dicho status quo no sea constante y se subvierta.

BIBLIOGRAFIA
García Bedoya, Carlos Para una periodización de la Literatura Peruana Edit Latinoamericana 1990
TUBINO, Fidel La recuperación de las memorias colectivas en la construcción de las identidades
Foucault, Michel MICROFISICA DEL PODER Edic. La piqueta Madrid 1980
Foucault, Michel LAS REDES DE PODER Edit Alamagesto 1983
Valla, Horacio. No es eso. XIV Jornadas de Clínica Psicoanalítica El malestar en la cultura hoy. Madrid. 2004
BORDIEU y WACQUANT Respuesta por una antropología reflexiva. Edit. Grijalbo. México 1995
MEMORIAS. Jornadas Andinas de Literatura Latiniamerica. JALLA. La Paz 1995
DE LA CAMPA, Roman Transculturación y postmodernidad ¿Destinos de la producción cultural latinoamericana?


[1] Valla, Horacio. No es eso. XIV Jornadas de Clínica Psicoanalítica El malestar en la cultura hoy. Madrid. 2004