martes, 4 de agosto de 2009

Anotaciones entorno a "El vuelo de la ceniza" de Alonso Cueto

Entre conocidos y extraños. Construcción y (Re) presentación del sujeto cínico en el “Vuelo de la ceniza”

Gustavo Alcántara

Sumilla: El presente trabajo propone establecer la construcción del sujeto como un acto performativo de la cultura. La normalización del sujeto parte desde espacios y manifestaciones ideologizadas que determinan la inserción del sujeto a un medio determinado. Aunque, en dicho proceso, los múltiples factores que condicionan la sociedad, provocan en el sujeto el cuestionamiento o el dogmatismo de la ideología en la que están inmersos; por lo que el sujeto encuentra en la transgresión, tomando como referente directo, en éste caso, el cinismo, un medio de liberación y represión que no solo legitima su posición sino que también la cuestiona desde las propias bases de su construcción, estableciendo una constante lucha entre “el ser o no ser” parte de una cultura. Postulo que la construcción del personaje principal de la obra se establece en un campo de lucha ideológica entre lo que es y la transgresión de su identidad por el otro. El personaje lucha entre lo que debe ser y mantener y la realización de su propio deseo aunque si bien, este parte directamente del Otro, es a través del cinismo, que reconfigura tal deseo hasta adscribirlo como una función propia de su deseo y deja de lado el deseo de ese Otro.

Palabras Clave:
Transgresión – cinismo – ideología - performance


Por que teníamos muchos relatos
Pero solo una vieja historia que hablar


La construcción del imaginario colectivo en América Latina se establece a través de una serie de procesos interculturales entre la emergencia social de un nuevo continente y los parámetros culturales que la vieja cultura española trajo consigo. La construcción de una cultura que albergara no solamente las excedencias de una cultura en declive sino de las diversas manifestaciones y tipos de sociedades que existían en América fue una tarea totalmente compleja. El poder que atribuía la conquista por los españoles determino la formación de las ciudades y la construcción de los poderes sociales estableciendo frentes tanto de enunciación como de represtación. De esta manera se forman las primeras distancias culturales no solo entre sujetos de una misma cultura sino también entre las diversas sociedades que alberga América Latina.

Tras las vicisitudes independentistas y las posteriores revelaciones modernas, la visión colonial aun sigue presentes dentro de nuestro imaginario colectivo como una serie de huellas desvalorizan y/o sobrecargan ciertos valores que organizan nuestro habitus. Al ver las limitaciones que tiene el sujeto sobre un medio estereotipado por un imaginario heredado junto con las diferentes corrientes posmodernas, el sujeto busca nuevas formas de legitimarse como sujeto ya no de Otro rígido sino sobre las conveniencias o aflicciones de su propia experiencia.

El presente trabajo esta orientado a distinguir en El vuelo de la ceniza de Alonso Cueto las diferentes formas en que el individuo construye su identidad a partir de una serie de marcas ideológicas que estructuran su imaginario y las diferentes formas en que dicha identidad es puesta en practica dentro del medio en que se desarrolla el personaje. Aunque ello genera a su vez un cuestionamiento acerca de lo que el personaje y a donde pertenece y las diversas formas en que este trata de revertir la transgresión de su identidad perdida tras los sucesos ocurridos con su padre.

De esta manera no solo se observara la forma en como se construye el individuo dentro de la sociedad sino también los diversos procesos ideológicos y psicológicos que el personaje es victima y victimario dentro de una sociedad que lo corrompe


Porta Retrato: La construcción de la identidad.

Construir en América Latina no solo se ha remitido a proyectos ideológicos que permitan la adecuación del sujeto en la sociedad que lo alberga, sino también a un orden que pueda configurar los diversos sistemas en los cuales ésta sociedad, como un todo, pueda determinarse. Si bien los diferentes proyectos que se han desarrollado en América Latina han determinado la constitución de las diferentes naciones o estados (imaginarios), cabe recalcar que dichos proyectos se establecieron a través de manifestaciones simbólicas y abstractas que permitieron que estos espacios fueran legitimados desde la construcción de caracteres que la distinguieran de otras.

Si tomamos que la organización de la ciudad establece las primeras distancias entre uno y otro sujeto en la sociedad (Rama: 1984) Observamos que el sentido de pertenencia a un espacio determina que las personas que viven en lugar poseen rasgos que las distinguen de otras personas que viven en otro lugar[1], por lo que se crean ciertas características atribuidas a un espacio identifican a una persona de otra. Esta identificación, entre un sujeto y otro, se establece como una construcción imaginaria a partir de las diversas marcas que este sujeto distingue de otro (lenguaje costumbre etc.) y elabora un sistema ideológico que permita distinguir una imagen que es la suya (este hombre soy yo) (Masota 1991: 65) afirmando de esta manera su identidad

La afirmación de lo que “yo soy” implica a su vez la negación de lo que “no soy yo”, el otro. Este otro se convierte entonces en todo lo que yo no soy y es lo que me distingue y diferencia ante las diversas huellas en las que mi yo esta enmarcado. La identidad por tanto, se construye desde simbolizaciones en que el yo es remitido por diferentes factores en la que es configurado y determinado a una conducta y un espacio específico.

Estas identificaciones permiten crear marcas ideológicas que se desarrollan e instauran dentro de la constitución del sujeto. En consecuencia, la identidad por tanto se configura en ese sentido como representación del espacio y del imaginario en cual el sujeto es construido.

Cuando el Dr. Boris Gelman, personaje principal de El Vuelo de la ceniza de Alonso Cueto, se entera que su padre ha muerto en los brazos de una prostituta dicho acto no solo significa el fallecimiento de su progenitor sino también la transgresión del imaginario en que esta constituido el personaje. El padre configura el universo ideológico del personaje como el representante que legitima su identidad. Esta identidad, como hemos anotado anteriormente, está determinada por una serie de factores que adecuan al personaje al espacio que lo identifica.

"Un hombre de sesenta y dos años. Un médico de vocación, un caballero. Su padre. Su pelo rubio, su bigote estirado, sus pies condecorados con escarpines, siempre cortés, siempre justo, siempre la casa como una clínica. El trabajo la decencia y la rectitud* El niño come a las doce, cena a las seis y está en la cama dormido a las ocho. Se viste de blanco, de azul o de lila. No come alimentos que le hagan daño como salchichas o papas fritas. Saluda siempre a todos tus tíos dando la mano y mirando de frente. Y reza en su cuarto y no tiene malos pensamientos. Y no va a fiestas donde los muchachos toman y las chicas se insinúan. Solo trabajo duró y sentido te puede llevar a tener éxitos en la vida, hijo; estudiar medicina, como yo, pero especializarte en análisis del laboratorio, no sólo ser médico sino ser el director de nuestra clínica algún día. Nunca debes meterte en política. No vayas a fiestas y reuniones donde corre el licor y la droga. No cedas a las tentaciones. Ten bien alto tus principios, tú eres mi único hijo y tu vas dirigir nuestra clínica*[2].Cuando vuelvas al Perú, hijo. Cuando estemos aquí todos. Si, papa." (Cueto 1995: 50)

Como vemos, es el padre quien provee al personaje de toda carga ideológica de lo que él es y debe ser. Por ello, la muerte del padre en dichas circunstancias, transgrede todo el sistema ideológico en el cual esta constituido el personaje, dicho acto juega un papel decisivo en la historia, ya que al quebrarse la identidad, el personaje busca la manera en como puede reparar la transgresión producida y reparar su identidad. Esa es la causa por la que asesina a la que él cree la prostituta con la que su padre ha quebranto su identidad, pero que capítulos posteriores nos demuestran que había que era la persona equivocada. Por otro lado, vemos la actuación de la madre como el soporte ideológica que permite al personaje no desterritorializar su imaginario. Por lo cual, muerto el padre, todos los actos que realiza posteriormente son en salvaguarda a la integridad de la madre que no es más que la extensión de su propia identidad. Es decir, que muerto el padre, y en dichas circunstancias, es la madre quien aun determina la situacionalidad del sujeto por lo que el busca en ella la justificación de su propio yo.

"-No te preocupes, mama. Esa mujer ya no hará mas daño, mama. Papa esta mas tranquilo en el cielo ahora. (…)No te preocupes. Voy a seguir." (Cueto: 16)

Podemos observar que el padre, a pesar que haya transgredido sus propias reglas, se sitúa ante los ojos del personaje como victima que debe ser redimida y vengada, más aun, es la madre quien posee una doble simbolización, la de victima y heroína ya que a pesar de ser engañada, mantiene la pureza del “apellido” con el silencio. Ello nos sitúa en Boris como receptor de un doble crimen, el asesinato real del padre y el asesinato simbólico de la madre ya que la privan de su voz y la subvierten a un grado de subalternidad. En este contexto, vemos que Boris Gelman decide matar a la gente de mal vivir no por vengarse sino por reafirmar y redimir su propia identidad. La muerte del otro constituye la afirmación de su identidad restableciendo el orden perdido a través de la trasgresión del otro y de la extensión de yo imaginario, su padre.

Entre pipas y palos de Golf: Performance y espacio.

Toda identidad se construye desde un espacio de enunciación específico que permite ubicar al sujeto desde una fuente ideológica que determine el desarrollo de su personalidad y sobre todo su visión acerca del mundo. Esta visión es una visión construida desde la cultura, una cultura que genera en el sujeto adecuación y obtención ciertas huellas que permitan su adecuación a un medio que lo albergue. En el texto vemos que son dos los espacios desde los cuales los personajes actúan: por un lado tenemos el espacio marginal o subalterno representado por las prostitutas, cafichos etc. y por otro el espacio hegemónico representado a través de la clínica, el negocio familiar, la clase social etc. Ambos sujetos se determinan desde huellas o marcas ideológicas totalmente diferentes los cuales debe cumplir para seguir manteniéndose dentro de dicho espacio, es decir, cada sujeto debe seguir un guión, una perfomance que su propio espacio determina para poder adecuarse y legitimar su identidad.

Para Boris Gelman el vivir en “el trabajo la decencia y la rectitud y Tener bien alto tus principios” establecen el parámetro que debe seguir el personaje para identificarse como hijo del Sr. Víctor Gelman. Cuando el padre rompe con esos valores, es el hijo quien sufre las consecuencias ya que al no tener el soporte ideológico correspondiente, es decir el modelo simbólico de su identidad, Boris no puede sostener más esa perfomance, es decir seguir viviendo en “el trabajo la decencia y la rectitud y Tener bien alto tus principio”. Por lo cual, para mantener dichos parámetros, necesita transgredirlos para regresar al orden al cual estaba inscrito, si embargo, dicho acto convierte esos parámetros colectivos en fines individuales que ya no subvencionen su falta con el Otro sino con su propio yo ausente de un modelo ideológico.

Había vuelto a Lima. Una ciudad, una selva. Veredas rotas, oscuras, donde vagan seres sombríos y malignos, mujeres enfermas de deseo sexual. Las figuras ruidosas de las noches, allí estaban. Ese era el infierno que había habado con su padre. Tener que buscar a otras putas como esas para evitar que volviera a derribar hombres dignos. Era el agente llamado a protegerlos. Buscarlas en las calles. (Cueto: 30)

Los diferentes sucesos que marcan la vida de Boris Gelman generan que se aparte del guión en el cual había sido concebido y adopte una serie de posiciones que no sólo son diferentes a su posición ideológica primaria sino que también se aleja de lo que el mismo es, su identidad. La perfomance, en ese sentido, no sólo se determina como manifestaciones de lo que es sino también de lo que debe ser el sujeto. Estos guiones fijan al sujeto dentro de un contexto determinado permitiendo adecuarse no solo al espacio sino también a los sujetos que están dentro de él. Cuando Gelman decide ser el justiciero de los hombres respetables, si bien por un lado decide accionar en pro del colectivo que lo determina también dicha acción lo aleja de ese colectivo por que deja de lado las diferentes marcas que distinguen a dicho colectivo en el cual esta insertado.
Observamos en Gelman que la delgada frontera entre su mundo y el mundo marginal al que siempre ha sido indiferente y hasta asqueado:

Una sombra se ha detenido junto al vidrio. Es una cara de color tierra y esta cruzada de arrugas. Lleva un sombrero. En sus ojos apretados hay un fuego sucio. Ahora se oprime las dos manos en el pecho y dice algo (por favor una ayuda, por favor) Es un pobre mendigo- Boris aprieta los labios, cierra la ventana (Cueto: 26)

Implica una armonía estructurada dentro de un orden simbólico establecido. Como hemos afirmado líneas arriba, la constitución de la ciudad forma los caracteres jerárquicos de la sociedad la que permite establecer las fronteras entre un espacio simbólico y otro entre los sujetos que la conforma distinguiéndolo por características propias. Estas fronteras señalan entonces los limites en que la identidad es generada para desarrollar en la pefomance sin caer en la incoherencia, por ello la distinción de caracteres es lo que macara la distinción entre le personaje y los demás seres que lo rodean. Para Boris Gelman el otro se presenta en el texto como un ser indecente, inmoral y sin principios. En ese sentido, ¿Quién seria el otro si los personajes que lo rodean ese mueven dentro de esas características? La perfomance se establece como el manual de conducta que el sujeto debe seguir en un espacio determinado, por otro lado ello no quiere decir que se adecue totalmente o pertenezca ese espacio. En ese sentido podemos nombrar dos claros ejemplos de cómo la perfomance puede ser la misma pero que no tiene el mismo valor entre los sujetos ya que el modo de enunciación es totalmente diferente.

En ese contexto, Carmela y Tristan representan el mundo marginal al que Boris Gelman desea erradicar para que ningún hombre decente pueda sucumbir como lo hizo su padre. La perfomance de estos sujetos están justificadas desde el espacio en que son enunciados: ella meretriz y el proxeneta pertenecen a un mundo otro, muy diferente en el que esta suscrito el personaje, por otro lado Sonia y Tito, ambos están dentro del margen espacial del personaje, Tito primo del personaje y Sisan novia de este última se insertan dentro de un mundo al que Boris Gelman también frecuenta y pertenece. Estos personajes realizan la misma perfomance pero desde perspectivas muy diferentes. Por ello el primer par de ellos representa lo que no es Boris Gelman y el otro par representa lo que no debe ser.

Vemos también que la perfomance de Boris Gelman no solo trata de seguir esos principios por lo que ha sido configurado, sino que tras el suceso de la muerte de su padre estos principios no solo son aceptados sino también necesitan ser actualizados. Al no completar dicha actualización, el personaje tiene el deber de hacer lo necesario y posible para que esos patrones se restablezcan y pueda generar la perfomance que necesita para funcionar dentro de su espacio. En ese sentido vemos que la perfomance no sólo establece como el guió que debe seguir el personaje sino también que ello conlleva una carga simbólica adicional establecido por la historia de su propia cultura. Loo que trata de recuperar Boris es la pureza del apellido y su perfomance en se contexto es totalmente diferente de lo que es en realidad. Observamos que esa culpa no es atribuida ni al padre ni a la madre, sino al otro que incurrió en un espacio que no es el suyo y a él mismo por haber permitido que su imaginario se haya transgredido en su ausencia.

"Es mi culpa que haya sucedido esto. Es mi culpa que te haya dejado, que esto haya ocurrido es mi culpa. Si me hubiera quedado" (Cueto: 48)

Cuando Gelman indica “el infierno que le toco vivir a mi padre yo me encargaré que otros no lo vivan” ese acto parte de proteger lo que ha sido invadido no solo real (relación sexual) sino también simbólicamente (muerte y vergüenza de la madre, del apellido) Lo que se tiene que eliminar para Gelman es el otro, el marginal, las prostitutas y todos los seres oscuros que han manchado y tocado su nombre, que han transgredido su espacio.

Desde este punto vemos que la performance no sólo es un modelo a seguir sino también es la actualización de los patrones y más aún la lucha por mantener el orden por el cual la sociedad es vista por el personaje.


Tubos de escape: Transgresión(es)

Como hemos visto la perfomance si bien se establece como una serie de características que el sujeto toma para adecuarse a un medio en especifico, esto también obedece no solo a la selección arbitraria del sujeto sino que detrás de ello esta el campo ideológico del cual esta enunciado. Vemos entonces que toda perfomance establece el éxito de su producción al modo en como se reproduce los actos con el imaginario del sujeto. Vemos en Boris Gelman que su posición como doctor y hombre respetable se quebró ante el suceso ocurrido con su padre.

Si bien en primera instancia la venganza se elabora como un plan para reivindicar al Otro, limpiar su nombre y regresar el orden al status quebrantado, observamos que la práctica de dicha función genera también la traición al imaginario en el cual ha sido concebido. Para reivindicar su imaginario necesita traicionar sus propios parámetros culturales e ideológicos. Ante ello, Boris Gelman si bien toma como fin erradicar a todos los seres marginales para que no ocurran mas desgracias, ello solo sirve como pretexto para reinvidicar no solo a ese Otro transgredido sino a su propio yo.

Observamos que dicha función particular sustentada en el sistema como factor de origen de dicho mal, se sustenta como fuente cínica del sujeto para obtener a través del Otro su propio placer, en este caso la reinvidicacion. Vemos que el cinismo es, además, un producto ideológico enemistado con la moral y la ética. Cuando se le hacer ver al cínico que detrás de la ideología están los intereses de un grupo determinado, él responde que el hombre es por naturaleza codicioso y que lo más conveniente es proveer un marco legalizado para la codicia. Y cuando se le informa sobre la lucha de individuos honestos contra la iniquidad, él intenta descubrir en ella el interés particular a fin de deslegitimarla. El cinismo es por ello una moralidad puesta al servicio de la inmoralidad (Ubilluz 2006)

"-Muy bien, ahora que estamos reunidos –dice Boris mientras sorbe de un té-, quiero pedirle un consejo sobre el doctor Panizo.He sabido que tiene una relación con la señorita Lorena Daga. Es una noticia muy desagradable, ¿no les parece? (…) Es un hombre casado y tiene una ventura con esa mujercita que es su secretaria y podría ser su hija. (…)
-No se para que nos preguntas. Ya lo despediste ¿no?
-No, pero lo voy a despedir. El es un buen médico pero no podemos permitirnos estos episodios (…)
-El Dr. Panizo ya esta separado de su esposa, Boris-Dice Lozano. Ya ni siquiera vive con ella. Puede hacer lo que quiera-(…)
-No doctor. Eso no tiene un valor. Una pasión es una experiencia emocional y biológica, una necesidad o apetito. En todo caso, es algo parecido a lo que siente un animal. Decir que una pasión es importante es una estupidez (…) Las pasiones son lo accesorio
La razón es lo permanente. El orden es lo permanente. El cuidado de nuestras vidas es lo permanente. La moral es lo permanente. El mundo se sostiene por eso, por que un montón de gente tiene un orden y una estructura en sus vidas. Eso es lo que dura. Los valores. Esas son las estructuras que sostienen a las sociedades y a los individuos (…) Virtudes como la honestidad, la decencia, la lealtad. (…) El placer es solo una desviación temporal (…) Yo solo le pido que tengan la bondad de ser hombres decentes, doctor Gálvez, ¿Es mucho pedir?*[3]"(Cueto: 86-87)

Para Boris Gelman la moral se constituye como el soporte ideológico de su identidad. Si bien la moral se forma como la fuente principal de su imaginario vemos que el personaje ostenta una doble moral. Por un lado se escandaliza por el hecho de que un hombre separado pero aun casado este saliendo con su secretaria pero por otro lado el es asesino de dos mujeres y un homosexual. La moral se construye en el texto como la marca ideológica de la decencia que es la representación de la identidad de Boris Gelman. Observamos que el acto cínico entre el hablar y exigir a sus colegas mantener la decencia y rectitud se contrapone ante los asesinatos cometidos, vemos entonces que la distancia entre la razón y la pasión no se reducen ante los demás pero si ante él, ya que su justificación como manifiesta es que él es el elegido a brindar justicia.

En ese sentido vemos que Boris Gelman sabe lo que esta haciendo. Lo que hace es un acto que no solo implica la pasión del momento sino también responde a un acto planificado y lógicamente estructurado que le permite llegar a un fin, este acto a pesar que sepa que lo hace esta mal, el lo hace por que necesita cubrir la ausencia que la transgresión del otro ha provocado en el. Ello no quiere decir que todo acto cínico se base estrictamente ante el no reconocimiento del Otro para lograr los objetivos personales, por el contrario la relación que tiene el sujeto con el Otro es una relación de dependencia ideológica que solo busca cubrir los espacios vacíos que el Otro deja en el sujeto transgrediendo su propia norma para legitimar su identidad dentro del espacio que lo enuncia. Observamos en ese sentido que el cínico actúa para satisfacer su propia individualidad y que sin embargo legitima al Otro no desde la misma funcionalidad del Otro que lo instaura sino a través de su propia transgresión.

Vemos entonces que el sujeto sabe que lo que hace atenta contra los principios del otro y sin embargo lo hace para satisfacer su deseo que no es más que el deseo del deseo del otro reflejado en la ausencia. Para Boris Gelman asesinar no solo implica satisfacer el deseo de recuperar su nombre para si, sino que también sabe que recuperando su nombre el Otro también recupera algo que le pertenece y mantiene el orden dentro del estatus quo que lo orden. Quiere decir que si bien actúa para si, para salvase el y su apellido también al salvar su apellido se salva el grupo que lo determina y lo enmarca dentro del campo ideológico que lo determina.

Vemos por ello que el cinismo que desarrolla el personaje busca su placer en la eliminación del otro, por lo que transgrede las leyes del Otro que lo configura mas dicha transgresión en el fondo también implica una sujeción al otro que si bien no sigue las leyes que lo parametran, la trasgresión busca legitimar su presencia indirecta a través de procesos que simbolicen su propia función distintiva, la cual termina por redimir su identidad.
































Bibliografía

Ø Bourdieu, Pierre y Loïc Wacquant. Respuestas: por una antropología reflexiva, Grijalbo, México, 1995.
Ø Cueto, Alonso. El vuelo de la ceniza. Editorial Apoyo, Lima 1995
Ø Lacan, Jacques. La familia. Argonauta. Barcelona. 1978
Ø _____________. Seminario III: La psicosis. Texto establecido por J.A. Miller. Buenos Aires: Paidos. 1984
Ø Rama, Angel. La ciudad letrada. Ed. Del Norte. 1984
Ø Ubilluz, Juan Carlos. Nuevos súbditos. Cinismo y perversión en la sociedad contemporánea. IEP. Lima, 2006
Ø Žižek, Slavoj. sublime objeto de la ideología, ED. Siglo XXI, México, 1992



[1] Nos referimos en el sentido más estricto de especialidad. Esta idea se recoge de Ángel Rama en La ciudad letrada ya que nos oriente a determinar la especialidad del sujeto como parte indiscutible en la organización de su identidad.
[2] *Subrayado nuestro
[3] Subrayado nuestro

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